Cuando un introvertido estudiante de preparatoria conoció a una chica llamada Nagatoro, su vida se vino abajo. Primero, ella observaba cuidadosamente su reacción ante el abuso verbal que recibía de otras chicas malintencionadas, dándose cuenta de que, en realidad, parece ser lo que él necesita, por lo que comienza también a burlarse de él. Pronto se volverá cada vez más obvio (para el lector, no para el personaje), que las burlas de Nagatoro no son malintencionadas, sino que de hecho son bastante coquetas y demuestran un ligero interés romántico.
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